Pese a la importancia y la magnitud del acontecimiento, esos minutos que pude compartir con Ella en el altar han sido de los más íntimos que he podido vivir en toda mi vida.
Sabéis más que de sobra que no suelo subir los textos íntegros al blog, pero dado que me lo han solicitado varias personas tanto de Rute como provinientes de otros lugares y que asistieron al Solemne Pontifical, así lo haré.
Si a alguien quiero nombrar de forma especial para agradecer su ayuda, sus palabras, su ánimo y su cariño es a José Julián Tejero y a Rafael D. Pedrera. Gracias una vez más y por siempre.
Foto: Pedro P. Leiva
“Tuviste la buena suerte, ruteño, de nacer en esta tierra como Dios no hizo otra igual, bendecida con sus verdes olivares y recostada en su sierra, que es mi remanso de paz”
Y el Todopoderoso tuvo piedad. Desde el principio de los tiempos, nos bendijo también con las aguas puras y cristalinas de los ríos Anzur y de La Hoz, con tierras fértiles y con hombres de fuertes brazos y mujeres de gran ímpetu gracias a los que hoy estamos aquí. Con trabajo, esfuerzo, sudor y abnegación, cada día en esta Blanca Villa se convierte en entrega verdadera y agradecida a los bienes recibidos.
Pero Dios fue aún más allá. Y pensó que Nuestro Rute se merecía una gracia especial. De forma callada, humilde, sin apenas hacer ruido ni grandes aspavientos, el nombre de la que a día de hoy sigue siendo Protectora, Benefactora, Madre y Reina nuestra, se fue instalando, como si de la propia cal se tratase, en cada calle, en cada casa, en cada muro, en cada corazón ruteño.
María Santísima de la Cabeza llegó sigilosamente a nuestro pueblo desde un pico alto de Sierra Morena. Y eligió un cómodo hueco entre los riscos de las empinadas calles serpenteantes de Rute para instalar, ya por siempre, este trocito de Cielo que Dios puso en la Tierra, esta preciosa plaza en la que nos encontramos y que todos conocemos como El LLano.
Y desde esta atalaya única y señorial, en la parte alta de su Rute, cual Eterna Vigía y Protectora, Ella, Nuestra Morenita Divina, cada día, y en sigilo, nos observa, nos ayuda, nos sonríe, nos cuida, nos guía, nos mima cual Madre Amantísima.
Cada mañana, al despuntar el día por la sierra, la Reina de Rute baja majestuosa en el primer rayo de Sol con el que su pueblo vuelve a amanecer y a llenarse de vida.
“Desde los cielos desciende para vernos,
posando aquí sus virginales huellas,
le da escolta el Lucero del Alba
y le acompaña la corte celestial”
Y ocupa su puesto de guardia, ese placentero lugar que tanto echa de menos cuando es reclamada por Dios en El Llano del Cielo. Y allí, en la quietud de su cámara, se le regocija el alma cuando hace recuento y ve todos los corazones de sus devotos, sin faltar ni uno sólo, entregados y encomendados como cada día a su Santa Protección.
Sin duda alguna, ese es el mejor de los regalos que una Madre puede recibir de un Hijo. Por eso, después de quinientos años, María Santísima de la Cabeza sigue sempiterna aquí, en El Llano, pero también en un pequeño hueco de todos y cada uno de los corazones ruteños.
"Así, así eres Tú,
Así, Reina del Cabezo,
Así, al pie de la sierra,
Así, 'tos' los días te rezo.
Y en mi corazón tengo… un altar,
justo aquí en el pecho… lo encontrarás,
'pa' rezarte siempre con devoción,
Reina de los Cielos y Madre de Amor.
Mi recuerdo a los romeros
que un día ya se fueron
y dejaron huella aquí.
Me enseñaron a quererte,
y hoy los tienes junto a Ti.
Así, anhelos y penas,
Así, vivas y alegrías,
Así, todos te llevamos,
Así, dentro nuestras vidas,
Así, quieren los ruteños,
Así, que seas Capitana,
Así, en los Cortijuelos,
Así, tu pueblo te aclama"
Y así, la gente buena de tu Rute, uno a uno, en cualquier momento del día, llega hasta tus plantas aunque sea un instante, para recordarte que eres Capitana, Reina y Emperatriz de nuestros corazones, para aclamarte en la intimidad de tu templo y rendirte pleitesía en la sencillez y la humildad de las tareas cotidianas.
Pero son tantos los años que, generación tras generación de ruteños, lleva transmitiéndose este Amor Incondicional a María Santísima de la Cabeza, que a finales del siglo XX, allá por el año 1986, se tomó la firme decisión de materializar todo ese fervor secular en una nueva Corona, pero, traspasando los límites locales, se quiso que la Iglesia y, a través de ella, el mismo Dios, dieran el beneplácito a este regalo que Rute le quiso hacer a la Madre del Salvador.
Las Sagradas Escrituras relatan que
“Apareció en el cielo una gran señal:
una mujer vestida del Sol,
con la Luna debajo de sus pies,
y, sobre su cabeza, una corona de doce estrellas”
Pero en Rute, fue diferente. Se cumplieron las Palabras del Apocalipsis, pero esa mujer se vistió de azúcar y cal y el brillo se lo dio el Sol. Bajo sus pies, calderas arqueadas y brillantes cual esplendorosa Luna la sostenían con la fuerza dulce y destilada del trabajo de sus ruteños y sobre su cabeza, una corona cincelada por el fervor secular se ciñó el 9 de mayo de 1986 sobre sus benditas sienes, mucho tiempo después de su llegada a nuestro pueblo, lo que la hacía aún más deseada, si cabe.
“Por eso es oración todo el paisaje
y todo el viento es una sola altura.
Capitana de toda la ternura,
desde el cielo a la tierra es tu viaje.
María de lo azul, mírate el traje
A tus pies se ha bajado la luna.
Mientras tu amor antiguo nos abona
las más pálidas jaras del sendero,
yo vuelvo para verte la corona,
para contar la historia de aquel día:
doce estrellas en tu pelo
que nos siguen alumbrando todavía”
El fruto de tanto amor recibido de sus Primorosas Manos, de tantas bendiciones y favores cumplidos, de tantas súplicas escuchadas, de tantos ruegos ofrecidos se materializó en oro y piedras preciosas, que fueron colocadas sobre el Lucero de su Frente Divina por el entonces Obispo de la Diócesis cordobesa, monseñor Infantes Florido.
"Y Rute cumplió su sueño,
Te coronó como Reina y Señora.
vistió sus mejores galas
para regalarle a su Madre
los corazones de cientos de ruteños
que anhelaban coronarte
como emperatriz
de todo lo creado.
Poquito a poco fue tu pueblo
cincelando esa corona
llena de anhelos,
de sueños,
de ilusiones,
de sentimientos
marcados por las vidas de aquellos que un día
trajeron la devoción
hasta estas tierras cordobesas
y quedaron grabadas
con letras de fuego
en todos los hijos de María de la Cabeza.
Ahora, 25 años después,
queremos seguir regalándote, Morenita,
aquel amor.
Queremos demostrarte
que seguimos
mirándote a los ojos
y pidiéndote que nos sigas regalando
esa bendición de Madre,
que sigas siendo
la meta del ruteño anhelo"
En este extraño mes de mayo que estamos viviendo hoy, 23 de julio de 2011, la historia dará una vuelta de tuerca más para que todo sea extraordinario. Y sí, es cierto, todos estamos aquí, en las puertas de tu casa, en una familiar tensa espera que trae olores primaverales, buscando deseosos tu mirada.
Pero estas puertas no se abrirán hoy para que nuestros pies pasen bajo su umbral y nos quedemos prendados de Ti.
"Despierta, corazón, que ya ha llegado la hora de los sueños. Ahora mandas tú, que yo no puedo. Toma el timón de mi alma que hoy navega a la deriva. Y en este bendito viaje de emociones y de versos, llévame hasta Ella; encállame junto a su puerto, que empuje mis velas el aire que la envuelve.
Dame fuerzas corazón, para salir a su encuentro. Para dar con las palabras que den forma a lo que siento. A este dolor de su ausencia, estas ganas de buscarla, esta pasión peregrina, ese amor que no se acaba porque nace de sus ojos, de su infinita mirada. A este sentirse romero, a esa caricia que como un beso se posa en los labios cuando se dice su nombre.
Dame fuerzas corazón, que son sus manos mi cuna, y su nombre es mi bandera. Dame fuerzas, corazón, que hoy somos niños ante Ella.
Ya es la hora, corazón,
Para decirle al mundo
lo que el mundo ya sabe:
que no hay amor más profundo
que el amor que da una madre.
Ya es la hora, corazón,
habla tú si yo no puedo
que no hay que ser trovador
para decirle: Te quiero.
Ya es la hora, corazón,
late con fuerza en mi pecho,
que llegue al cielo tu voz
que se inunde del amor
a la Virgen de mis anhelos.
Y como de júbilo señal
quiero hoy ser campanero
de esta iglesia parroquial,
desbordarme en alegría,
lanzar campanas al vuelo,
que vuelva la luz sobre el día.
¡Tocad, campanas, tocad vuestra dulce melodía!
¡Que todo Rute se entere:
es el Año de la Morenita
¡Tocad, campanas, tocad!
y avisad a los romeros
que vengan hasta Su altar,
que con vosotras gritar quiero
¡VIVA LA VIRGEN DE LA CABEZA!
¡VIVA LA MORENITA!
¡VIVA LA REINA DE RUTE!
¡VIVA LA MADRE DE DIOS!"
¡Y el milagro se cumple! ¡Y el sueño se hace realidad! ¡Y la extrañeza toma forma!
¡Mírala, ruteño, mírala! ¡Es Ella, Nuestra Madre del Cielo, la que baja de Su altar para darte las gracias y decirte TE QUIERO
["Aleluya", de Haendel y Salida de Nuestra Señora]
"Alba, mírala bien, mira el lucero de miel casi morena que trasmana un rubor silencioso de milgrana en copa de granado placentero.
La frente como sal en el estero, la risa con repique de campana y el labio en que despunta la mañana como despunta en sol en el alero"
María Santísima de la Cabeza:
"Tú, la fuerza y la virtud,
Tú, la virtud y la gracia de la ley,
Tú, la vida y la salud,
Tú, la sala donde se espacia
La gran majestad del Rey"
"Late mi corazón... como el agua en un murmullo,
Late mi corazón... que se alegra junto al tuyo,
Late mi corazón... junto a ti en un arrullo
Late mi corazón... te lo digo con orgullo
Late mi corazón... al unísono con el tuyo
Sueño y emoción, de este pueblo que te venera,
cántico de amor, Dios te Salve en primavera.
Gloria en las alturas
llena de hermosura
de este pueblo Capitana
y Reina Virgen Soberana.
Dios te salve
Reina de los cielos,
Dios te Salve,
Señora de Cortijuelos
Dios te Salve,
mi Virgen morena
Dios te Salve,
a Ti que quitas nuestras penas
Dios te salve, con el corazón
Dios te salve
Morena de nuestra canción.
Cántico de amor...
Dios te salve con este compás...
y bendita entre todas las mujeres...
Todos los años te vengo a cantar...
Con el corazón...
y al fruto de tu vientre Jesús...
nosotros os venimos a cantar con orgullo...
Sueño y emoción, de este pueblo que te venera,
cántico de amor, Dios te Salve en primavera.
Gloria en las alturas
llena de hermosura
de este pueblo Capitana
y Reina Virgen Soberana"
Sí, ruteño, es Ella. No corras a mirar el calendario, ni la hora, ni te guíes por el Astro Rey.
Estamos en julio y comienza a anochecer. Es un día grande para nosotros, pues celebramos las Bodas de Plata de lo que podemos llamar el reconocimiento oficial del amor perpetuo y mutuo que la Virgen de la Cabeza tiene con su pueblo y que Rute tiene con La Morenita.
Abrázanos Tú, María, que tu semblante no se va de nuestra mente ni un momento. Que tus gozos sean nuestro consuelo, que nuestro canto llegue al cielo hasta que amanezca el día en esta hermosa noche de Sol y Luna que ya comienza y en la que se vivirá nuestro particular Sueño de los Despiertos.
Las doce estrellas de tu corona siguen siendo nuestra guía. Colócalas en cada punta de este pueblo y acepta agradecida nuestra oración al pasar por las calles de tu feligresía dándonos tu bendición.
“Miradla aquí, radiante de hermosura. Bella cual Sol que en el Oriente brilla. La Morenita tan Candorosa y Pura, es Nuestra Madre, la Reina de esta Villa”
Inmaculada Ramírez Pérez
23 de Julio de 2011
Vuelvo a dejar de escribir en este blog. Esa fue mi intención primera cuando, el 4 de Junio de 2009, enlacé los vídeos del Pregón que los compañeros de Tele Rute habían subido a Youtube. Dije que a menos que hubiese una causa de fuerza mayor, no volvería a escribir más. Despueés de eso, he vuelto a subirme a ese Bendito Atril en dos ocasiones más, algo que me hace sentirme más que dichosa. Vuelvo a despedirme aquí, a poner un punto... quizás final, quizás seguido... ¿Quién sabe?
Muchas gracias por todo, de corazón.
¡¡VIVA LA VIRGEN DE LA CABEZA!!
¡¡VIVA LA MORENITA!!
¡¡VIVA LA REINA DE RUTE!!
¡¡VIVA LA MADRE DE DIOS!!