2 de febrero. José y María llevan por vez primera a Jesús al templo de Jerusalén.
Esta costumbre tiene su origen en la celebración litúrgica de la fiesta de la purificación y la presentación del Niño Dios al templo.
En tiempo de Jesús, la ley prescribía en el Levítico que toda mujer debía presentarse en el templo para purificarse a los cuarenta días de haber dado a luz. Si el hijo nacido era varón, debía ser circuncidado a los ocho días y la madre debería permanecer en su casa durante treinta y tres días más, purificándose a través del recogimiento y la oración.
Una vez cumplidas esas fechas y ritos, acudía en compañía de su esposo a las puertas del templo para llevar una ofrenda: un cordero y una paloma o tórtola. Con respecto al niño, todo primogénito debía ser consagrado al Señor, en recuerdo de los primogénitos de Egipto que había salvado Dios. Lo mismo pasaba con los animales primogénitos.
José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén. Como eran pobres, llevaron dos palomas blancas. Al entrar al templo, el anciano Simeón, movido por el Espíritu Santo, tomó en brazos a Jesús y lo bendijo diciendo que Él sería la luz que iluminaría a los gentiles. Después, le dijo a María que una espada atravesaría su alma, profetizando los sufrimientos que tendría que afrontar.
En el día de hoy, aún se sigue rememorando esta fiesta, y los niños nacidos en el último año son presentados y bendecidos ante la Señora. Posteriormente, el 31 de mayo, el mismo día del besamanos, los niños son también pasados por el manto, quedando así, bendecidos para siempre... Es la particular forma que tiene Rute de rememorar aquella Presentación de Jesús en el templo.
Esas son las dos fechas más "Ofciales", podríamos decir. Después, en el silencio y la penumbra de su iglesia, muchos son los padres que, emocionados, llevan al recién nacido ante sus ojos, incluso antes de entrar en su propia casa, nada mñas regresar del hospital, para agradecerle que todo haya salido bien y para rogarle que nunca abandone al neófito... Y como no, también en su día grande, el segundo domingo de mayo, muchos son los críos que, siempre con la ayuda amable de los costaleros, son alzados hasta sus plantas, literalmente. Es otra forma de presentarlos ante Ella.
Las fotos que os pongo son de la década de los 80, de años distintos, como observaréis por el color de los mantos que luce la Virgen en cada una de las fotos. Son dos niños y una niña. Uno de ellos y la chica, son hermanos, el otro, primo de ambos. ¿Qué decir ante eso? Ellos han estado ahí porque sus padres lo han querido, y así viene sucediendo desde hace más de cinco siglos de forma impertérrita.
Para los que seáis un poco más curiosillos, os diré que no soy yo ni ningún miembro de mi familia, pero os aseguro que se sienten orgullosos por estar desde siempre junto a ELLA. Los primos, a día de hoy, tienen el gran privilegio de poder llevarla sobre sus hombros, sintiendo ese peso de amor que los maravilla cada segundo domingo de mayo. Y ella, siente el amor de Nuestra Morenita como si el de su propia madre se tratara. Gracias, gracias de verdad, Juangre, Sergio y Marina, por compartir conmigo estos instantes capturados en papel fotográfico de los que tan orgullosos os sentís, ahora y siempre.
Para mí es un orgullo que tú tengas las fotos que desde que nací, como quien dice, tengo junto a Ella. Piensa que ese es mi primer domingo de mayo junto a Ella y la otra foto es el primer besamanos y pasamanto que tuve junto a Ella. Desde esa foto ya ha llovido bastante y siempre le agradeceré a mis padres que desde pequeño me hayan tenido a la Morenita tan presente, y que el segundo domingo de Mayo sea el el día que espero con mas ganas de todo el año, y fíjate que el año tiene 365 días, pero el segundo domingo de Mayo es intocable e intachable y a no ser q sea una causa de fuerza mayor... desde primera hora allí estará Juangre al pie del cañón esperando ver como sale a la calle la Reina de Rute para cantarle o pasearla y bailarla, como ya he tenido la suerte de llevarla durante tres años seguidos y ojala sean muchos mas, aunque este año la vea desde otro punto de vista...
Esas son las palabras que Juangre, uno de los protagonistas de las fotos, me escribió al preguntarle que si ese crío era él y que si le gustaría que las publicáramos... Le pedí un texto que las acompañara, pero él me dijo que "No servía para eso" ¿De verdad crees que no? Cuando se abre el corazón ante un folio en blanco, los sentimientos y las palabras son guiados por una fuerza especial que hace que todo se transforme en hermoso, créeme.