jueves, 22 de enero de 2009

Tan sólo... ¡¡¡¡¡¡¡100 DÍAS!!!!!!


Ya sí que sí. Comienza la verdadera cuenta atrás. Los dígitos del número de días que faltan para que todo llegue y todo pase descienden de tres a dos, y con ese cambio se forma en mi corazón y en mi estómago un abismo difícil de superar. Estoy segura de que el tiempo volará más que nunca y el ritmo ajetreado de los días será más intenso a medida de que las fiestas de La Morenita se acerquen.

Llevo seis meses en una ensoñación continua que tiene una protagonista y un nombre bien claro: MARÍA SANTÍSIMA DE LA CABEZA CORONADA DE RUTE.

He esperado a esta fecha tan señalada para hablar sobre el que será mi presentador, algo que se me ha preguntado muchísimas veces, y que nunca hasta ahora he contestado.

Tengo el gran honor, y puedo presumir de ello, de que me presentará mi hermano,

JUAN JOSÉ RAMÍREZ PÉREZ.


¿Qué deciros sobre él? Es mi hermano pequeño (y el único que tengo), al que adoro desde siempre, porque no tengo ningún recuerdo de mi vida antes de que él llegara a este mundo. Todos mis recuerdos de infancia y niñez están unidos irremediablemente (y gracias a Dios) a mi "Juanjete". Tres años, seis meses y dos días es el tiempo que separa nuestros nacimientos, y un par de cientos de kilómetros los que actualmente nos alejan físicamente, ya que él está a punto de concluir sus estudios de ingeniero informático en la capital malagueña.

Nuestros caracteres son totalmente antagónicos, aunque con ciertas coincidencias en algunos rasgos importantes que a veces dan hasta miedo. Dada su timidez con la que en un principio se presenta ante lo desconocido, se negó en rotundo a ser mi presentador.
El principal motivo que argüía era que él nunca había estado bailando a la Virgen en Los Cortijuelos, ni la había visto de frente bajar entre la algarabía y la belleza de la calle Nueva, ni tampoco había bailado agarrado a los brazos de nadie en El Llano, ni la había contemplado majestuosa bajar La Placeta, ni se había apoyado en las barandas de El Cerro para cantar a voz en grito el Himno Grande... "¡¡Pero Juanjete!! -fue mi respuesta- ¿Cómo puedes decir que a ti nunca se te ha visto con Ella? Tú pasas junto a la Virgen hasta más tiempo que yo. Estás en todos sus actos, pero tu visión es infinitamente distinta a la de la gran mayoría de los ruteños, porque eres músico. En ningún momento te alejas de su vera y tampoco faltas a los actos más importantes". Ante mi argumento de peso para desmontar lo que él creía que sería un motivo más que suficiente para esquivar mi propuesta, sonrió ampliamente, porque sabía que yo llevaba toda la razón.

Aunque le costó decidirse, uno de los últimos días del mes de diciembre, con tono austero y serio, me preguntó "¿Tú quieres que sea tu presentador?" Aquella pregunta me enfadó un poco, porque llevaba algún tiempo insistiéndole y el sólo hecho de pensar que él lo había tomado como una broma, me desagradó. "Pues si te lo he pedido, es porque quiero que lo seas, ¿no?". "Ea, pues entonces, ya está. Yo soy tu presentador". Una gran alegría me inundó, y salté sobre él, para abrazarle y besarle.

De sobra sé que es uno de los mayores esfuerzos que mi hermano va a realizar en su hasta ahora corta vida, por eso le agradezco doblemente que me acompañe de una forma tan especial en el que va a ser uno de los días más importantes de mi vida, aunque para ello, tenga que dejar su clarinete en casa por un día.

Gracias, Chico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Suerte también para Juanjo tu hermano que creo nos hará una buena presentación.
Saludos!!