lunes, 10 de noviembre de 2008

Compañero del alma...



Miguel Ángel Borrego Cobos (foto central) es un ruteño de pro que, con menos de 20 años, se ha embarcado en la gran aventura y desafío que supone asumir la presidencia de una cofradía ruteña. En este caso, sus queridos titulares son Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén y María Santísima de la Estrella (foto de la derechaa). Sé de sobra la gran ilusión que le ha empujado a asumir este reto. Desde aquí, te doy mi más sincera enhorabuena por tu elección y te mando todo mi apoyo y mi cariño, pues aunque será una tarea difícil, también marcará tu vida para siempre y sé que la disfrutarás al máximo, haciéndolo lo mejor posible.

Por otro lado, Miguel Ángel será, el próximo año 2009, el Exaltador de Jesús de la Humildad y la Soledad de Nuestra Señora (foto de la izquierda), siendo, sin duda alguna, el más joven de todos cuantos han subido a un atril ruteño para ensalzar y meditar a unos sagrados titulares. También para este importante hito vital te deseo lo mejor, Miguel Ángel, sabes que si puedo estaré ese día escuchándote y apoyándote, porque sé más que de sobra cuan importante es un hecho de este tipo en la vida de cualquier persona, y más aún si cabe, de alguien como tú, que vives de forma tan profunda todas las tradiciones de nuestro pueblo.

En ambas cosas, somos COMPAÑEROS. También yo me he embarcado en la junta de gobierno de una hermandad, pero en este caso, en Sevilla, en esa Sevilla que cada día es más nuestra o nosotros más suyos (él también realiza sus estudios universitarios en la capital hispalense, al igual que yo lo hice en su día)

No podré olvidar aquella calurosa noche del verano de 2008 en la que, a través de internet, nervioso e ilusionado, me preguntaba si me podía contar un secreto. Por supuesto, le mostré mi confianza, y abrió su alma de par en par para comunicarme que le habían propuesto ser Exaltador del Abuelito. ¡¡Qué maravilla y qué acierto ha tenido la cofradía!! En esos momentos, yo ya sabía que a mí también me habían propuesto ser la Pregonera de la Virgen de la Cabeza, pero aún no estaba ratificada por la junta de gobierno. Entonces, le propuse un Pacto de silencio entre dama y caballero, y le confesé que, si Dios quería, yo sería la Pregonera el mismo año en el que él sería Exaltador. Desde ese momento, nuestros ojos tienen un brillo especial, y compartimos habitualmente nerviosismo, ilusiones y proyectos para un año que, sin duda alguna, hará historia y marcará para siempre nuestras vidas. Gracias por hacerme tan partícipe de tus anhelos y por tu gran apoyo mostrado.

Te deseo lo mejor desde estas líneas, aunque de sobra sé, que tu Exaltación será maravillosa, entrañable, sentida y muy, muy ruteña. ENHORABUENA.

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